Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz(A); ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Dios(B), porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo, y los que están en la carne(C) no pueden agradar a Dios.

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